Ventana invisible
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Ventana invisible
Desafío: El arquitecto deseaba una fachada extremadamente limpia donde predominase la uniformidad satisfaciendo simultáneamente la necesidad de proporcionar amplias aperturas a sus habitantes. Se le propuso que realizara el diseño de dos fachadas, una con todas las aperturas que deseara el cliente y otra con la uniformidad que el arquitecto quería.
Solución: Aprovechando las juntas propias de las fachadas ventiladas se ha conseguido que las ventanas, terrazas y accesos lleguen a ser totalmente invisibles una vez cerradas. Una vez abiertas, nada hace suponer que se puedan cerrar de nuevo ya que no hay guías visibles y los propios cerramientos quedan integrados en la fachada. De este modo, el edificio puede pasar de ser un bloque puro a ser una fina escultura tallada para relacionarse con su entorno. Gracias a los mecanismos irreversibles empleados, el nivel de seguridad conseguido en todos los accesos es máximo.
